miércoles, 20 de abril de 2011

Any time...

¿Y si en algún momento a mí me apeteciese escribir un relato (no digo libro porque suena muy pretencioso)?
Por donde empezar... ¿Qué tal por el principio? Pues el principio es un día como el de hoy... muy triste, sin haber un rayo de Sol que nos haga distinguir si estamos viviendo o no. Supongo que en el Norte esto es común, pero yo que soy un escritor sin mucha cultura esto es nuevo, al menos para mí.

Una vez me hablaron de un pueblo, entre España y Francia, perteneciente al País Vasco. Galaport me dijo un forastero que se llamaba. No es el típico pueblo en el que ocurren sucesos extraordinarios. Es un pueblo en el que todos conviven en paz. Todos se dedican a lo mismo: La Pesca.

En Galaport todos se llevaban bien... hasta que llegaba la temporada de pesca. Recuerdo muchos momentos tristes. El más triste fue cuando mi padre me prometió que volvería... aún sigo esperando con la esperanza que mi madre le rescate del fondo del mar. Recuerdo el momento en que mi padre desafió al mar. Un banco de bonitos se aproximaba a la zona de pesca de mi antecesor... al igual que la mayor tormenta jamás registrada. Mi padre me dijo que volvería. Mi padre me dijo que regresaría con las mayores riquezas del océano. Creo que no supo distinguir entre las dos.

Semana y media después arribó después del pleamar un....


(Sigue la semana que viene)(O qué? xD)

Wake up Wake up!!

(ENTRADA PENSADA PARA MÓVIL-PHONE)

Si tuvieses watsapp te mandaría una foto de mi corazón en carne viva, me lo cocinaría y lo tiraría contra el suelo! Pero creo que no te mereces algo tan soez... como mínimo te mereces algo tan bonito como un eclipse total, algo tan bonito como ver una estrella caer... volver a vivir, volver a morir, volver a ver tu cara de ángel al despertar y rescatarme de las manos de Hades para caer en tus brazos y decir: "¡Por fin!Sin ninguna excusa eres mía! Guíame hasta donde quieras que te seguiré hasta el fin!





Y un ángel me dijo:



"Hasta los ángeles lloran, así que no te sientas inferior a ellos por pensar que tienen alas. Siente el privilegio de poder sentir, de poder padecer dolor, de poder llorar..."

Pero mi ángel me contestó:
"Siéntete bien, yo te quiero, tú me quieres, con eso basta para llegar donde quieras"

Para mí, la mejor lección nunca aprendida antes.

viernes, 15 de abril de 2011

Una vez en la distancia!Solo una vez...

Hace tiempo probé un sabor extraño... agrio... más bien nadagrio-DULCE. En el primer momento que vi a la chica supe que tenía que hablar con ella. Nuestro primer momento fue maravilloso; hablamos de temas tan triviales como el color del césped o el pueblo que teníamos en común. Ese pueblo era Vélez-Málaga. Un pueblo con historia... se remonta a la ley de Murphy: Si algo tiene que salir mal saldrá mal, no te preocupes. En medio de ese desasosiego a alguien se le ocurrio alzar la voz por encima de la discusión que se llevaba a cabo. Uno de nuestros invitados comenzó a ponerse nervioso porque nuestros temas le parecían aburridos...temas tales como el fútbol o las camas con sábanas que les van grandes...El caso que al primer desliz de disconcordancia entre nosotros, el mago obtenía un momento privilegiado para volver a encandilarnos. Bendito fue el momento en que llegó mi novia... una chica guapa, más bien tirando a preciosa, que exigia inmediatamente que el mago le hiciera un truco de magia. Debió esperar, ya que el mago tenía un truco reservado para aquella bella pareja. Tomás, que así bautizaremos al mago, nos quiso revelar un truco de magia. Dos de nosotros estuvimos muy astutos al decir que no, que esas cosas deben permanecer en la memoria tiempo indefinido, y nadie querría saber cómo se hace sin pagar un pequeño precio por dicho conocimiento. En lugar de eso, Tomás nos encandiló con un juego de cartas que terminaba sacándose la carta que tu habías escogido en miniatura de la boca. Son estas circunstancias las que me parecen excesivamente precipitadas para decidir un lugar en la cadena alimenticia; sobre todo cuando sé que alguien mira con pies de plomo cada paso que doy, cada tecla que pulso, cada partícula de aire que respiro...

Y si cada vez que mirase al cielo no te viese pensaría:

                - Quiero que pase una estrella fugaz para pedirle lo indeseable y que aparecieses en mi regazo.